Tito 1:5-10, 15-16.
Vivir en el mundo que te vio nacer sin dañar tu estilo de vida espiritual.
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene.
Todas las cosas son puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”.
Las filosofías y valores de la sociedad están en todas partes.
En la radio, televisión, libros, revistas; en las redes, en el trabajo, etc. Los creyentes no pueden evitar las presiones para que sean y piensen como los demás, pero la Biblia nos enseña a vivir en esa cultura sin convertirnos a ella.
Tito, quien ministró en la mundana isla de Creta, el apóstol Pablo le explicó cómo lograr no convertirse a esa cultura. Le exhortó aferrarse a la Palabra de Dios y a cultivar un estilo de vida basado en esos principios.
¿Como saber lo que Dios piensa?
Te recuerdo que la Biblia muestra lo que Dios piensa, cómo actúa y lo que espera de nosotros; pero no nos ayuda si no la leemos. Hay que dedicar tiempo para leer la Palabra de Dios cada día y meditarla diligentemente.
Las verdades bíblicas son poderosas cuando las creemos y obedecemos. Si la vivimos, reflejaremos a Cristo en el mundo… sin pertenecerle al mundo.
¡Feliz día y que Dios te bendiga!
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